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Cuando las mujeres mandan

Cuando las mujeres mandan
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¿Qué tendrán en común las mujeres de la tribu Wodaabe, las de Meghala y las de la aldea de Umoja?

Que ellas tienen el poder.

Como si de un festival de mister Wodaabe se tratara, cada septiembre los hombres de esta tribu se preparan para el gran evento: seis horas de maquillaje y días de preparación junto con su belleza física y gracia al bailar serán sus herramientas…  Como el baile de las aves del paraíso, ellas observan, murmuran y se ríen mientras los muchachos adornados ricamente bailan y ejecutan muecas extrañas con sus rostros, levantando un polvaderal en el corazón del Desierto del Sahel…

Así es, esta tribu nómada e islámica y gobernada por las mujeres, pasa sus días migrando desde el sur de Níger, a través del norte de Nigeria, noreste de Camerún y oeste de la República Centroafricana…  El festival de Gerewol que sucede al final de la época de lluvias, dura siete días y siete noches, y tiene lugar en una ubicación desconocida que solo se revela días antes…  casi un flashmob de no ser porque las mujeres lo esperan año a año. ¿Y la finalidad de semejante  derroche de producción y puesta en escena?  El matrimonio: ellas eligen marido. El primer matrimonio, será en acuerdo con sus familias para asegurar descendencia, los segundos y siguientes  por amor o atracción…  ¿Puede una mujer casada al año siguiente volver a elegir otro marido?  ¿Y las mujeres solteras pueden tener sexo con quien quiera cuando quieran? Si, la tribu es polígama, y sí, tienen libertad sexual…

“Una mujer con imaginación es una mujer que no sólo sabe proyectar la vida de una familia, la de una sociedad, sino también el futuro de un milenio.” Rigoberta Menchú.

En otro escenario y con otra cultura, otras mujeres encontraron el equilibrio o la piedra filosofal entre el poder del hombre y el de la mujer. Es en Meghalaya, que en sánscrito significa “la morada de las nubes”, es un pequeño estado en el nordeste de la India, protegido por las montañas. Un oasis donde los nacimientos de niñas y de niños son igualmente bendecidos, al contrario que en otras regiones del país… Casi todas las tribus de esta “morada” siguen un sistema matriarcal: las mujeres pasan  el linaje y la herencia de madres a hijas, siendo la hija menor la que los recibe y, por la misma razón deben hacerse cargo de los padres y de los hermanos que no se casaron…

Este equilibrio de poderes de los meghalayanos se podría resumir en que el hombre defiende a la mujer, y  la mujer defiende su riqueza: ella cuida de los bienes, él se encarga de mantener a la familia y el tío materno organiza el lado religioso de la vida de la comunidad, y decide sobre algunas propiedades antiguas familiares.

Es tan increíble que se haya mantenido este estado y su sistema social matriarcal aislado y a salvo en un país como la India de extremo machismo, en gran medida gracias a su aislamiento geográfico. Meghalaya o el país de los puentes vivientes, porque sus puentes se construyen reorientando raíces y ramas de árboles  sin dañarlos ni cortarlos, se encuentra aislado por ríos, altas montañas y bosques. Pero, llámese internet, modernidad o globalización, la cuestión es que ya hay voces que critican este “equilibrio” y sus hombres se quejan de que pueden ser echados de la casa en cualquier momento, casa que es de la suegra y a la que tuvieron que mudarse al casarse, además reclaman que sus hijos no heredan el apellido paterno y que en caso de divorcio se quedan bajo la tutela materna…

“… Queremos tomar decisiones, queremos ser líderes, queremos ser iguales.” Rebecca Lolosoli

El tercer grupo de mujeres nos esperan con sus tejidos de colores brillantes y alegres, su elegancia digna, su serenidad plena…  en un enclave que nadie elegiría, donde la sequía se adueña de las praderas, Rebecca Lolosoli dirige un pueblo sólo para mujeres. Bienvenidos a Umoja.

La proximidad con la Reserva Nacional de Samburu , en Kenia, les da la posibilidad a estas mujeres de crear un centro cultural y camping para los turistas que visitan la reserva. Con los beneficios, mejoraron la zona y la convirtieron en un vergel, incluso han podido contratar los servicios de varios hombres para encargarse de los trabajos que tradicionalmente realiza la mujer. ¿Cómo llegaron estas mujeres allí? De la mano de Rebecca Lolosoli, que fue obligada a casarse muy joven con un hombre tres veces mayor, y repudiada por denunciar la violación de mujeres por parte de soldados ingleses, luchó por un ideal, crear un lugar donde las mujeres pudieran vivir protegidas. Así nació en 1991 la aldea Umoja, cobijando mujeres repudiadas, niñas huidas de la mutilación genital y de matrimonios concertados… ¿Y los hombres de la tribu? Al principio se dedicaron a espiar los movimientos del enclave femenino, esperando su fracaso estrepitoso, y como no sucedió, plantearon la creación de la aldea sólo para hombres, que no corrió la misma exitosa suerte que la de las féminas: ellas pudieron enviar al colegio por primera vez a sus niños con los beneficios de sus artesanías, el centro cultural y el camping así como impedir la mutilación genital de sus hijas y su posterior entrega en matrimonio…

Rebecca Lolosoli fue invitada por las Naciones Unidas para asistir a una conferencia mundial sobre el “empoderamiento” de la mujer en Nueva York.  Allí concitó la atención de algunos medios que la siguieron a su aldea, y así la conoció el mundo entero. Ella lucha por los derechos de las mujeres de su país y alberga o aconseja a mujeres que se acercan a Umoja…

¿Y la aldea de los hombres?  Fracasó: muchos se mudaron, otros no han podido casarse, otros fueron contratados en la aldea de mujeres…

Y tú… ¿de que tribu eres…?

Sandra Perez Celiz

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