Las destrucciones arqueológicas de ISIS en Siria e Irak

Durante los primeros meses de este 2015, y citando al profeta Mahoma como quien les dictó estas acciones, ISIS destruyó reliquias arqueológicas en Siria y el norte de Irak
Las destrucciones arqueológicas de ISIS en Siria e Irak
Estado Islámico: destruir el pasado para amenazar en el presente
El Estado Islámico logró en los últimos meses unir pasado y presente en una misma acción: destrozaron centenas de monumentos y reliquias de pueblos antiguos –algunos datan de más de 3 mil años- mientras filmaban estos hechos que después fueron difundidos por miles de sitios web de noticias de todo el mundo. ISIS ha llevado a cabo destrucciones arqueológicas en el norte de Irak, legado del pueblo asirio, y demolieron la ciudad de Nimrod, declarada Patrimonio de la Humanidad por UNESCO, y que se estima fue levantada 1300 años antes de Cristo.
Qué es ISIS
ISIS fue fundado en 2004, por Abu Musan al Zarqawi, que tuvo como objetivo formar un grupo de Al Qaeda en Irak y una de sus principales acciones fue el enfrentamiento contra la comunidad chiita. Dos años después, Musab fue asesinado luego de un ataque de Estados Unidos y su sucesor, Abu Ayyub al Masri, anunció la creación de lo que se llamó Estado Islámico de Irak. En 2013, luego de la incorporación del grupo militar Jabhat al Nusra, parte de Al Qaeda en Siria, el nuevo líder es Abu Bakr al Baghdadi y el nombre mutó a Estado Islámico en Irak y el Levante.
Ahora bien, ¿por qué se llama “Estado” Islámico? La organización ha declarado que su objetivo es la formación de un estado formado desde Turquía y extendido por Siria hasta Egipto, llegando también a Jordania, Palestina y Líbano.
Las destrucciones arqueológicas
Durante los primeros meses de este 2015, y citando al profeta Mahoma como quien les dictó estas acciones, ISIS destruyó reliquias arqueológicas en Siria y el norte de Irak. Según los comunicados de la organización, en partes del Corán, el libro sagrado del Islam, Mahoma pide a sus fieles destruir todo signo de idolatría.
Por esto, y porque no consideraron las obras destruidas como parte de la historia, de la arqueología y el legado cultural, grupos de ISIS destruyeron todo tipo de estas –según ellos- “obras de idolatría”. “Musulmanes, estas reliquias que ven atrás de mí son ídolos con los que se adoró a otro que no era Alá en siglos pasados», eso es lo uno de los hombres no identificados dice en los videos que ISIS periódicamente difunde.
Sin embargo, la pérdida de patrimonio cultural ha sido calculada en montos exorbitantes y repudiado por organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, cuyo organismo dedicado a la cultura, UNESCO, había declarado algunos de estos lugares destruidos como parte del patrimonio cultural de la Humanidad.
Lamia al-Galiani, arqueóloga iraquí, dijo que “no solamente es patrimonio de Iraq sino de todo el mundo. Es patrimonio de la humanidad», además de explicar que “los asirios o acadios u otros adoraban a dioses de la lluvia, la tierra y la guerra en vez de a Alá y les entregaban toda clase de tributos».
Pero además existe también un dato controvertido en cuanto a estos ataques: si bien en los videos que difundió ISIS de sus destrucciones en diferentes templos y sitios arqueológicos, también en ocasiones anteriores terminó por conocerse que muchas obras no fueron destruidas sino saqueadas y posteriormente vendidas en un “mercado negro” de arte. Un ejemplo de ello fue el saqueo al Museo Nacional de Bagdad durante la guerra de Irak, del cual extrajeron aproximadamente 150 mil obras y piezas históricas.
Claro que una estatua no puede ser fácilmente trasladada para la venta sin levantar sospechas, pero los yihadistas vendieron objetos de menor tamaño, por ejemplo monedas bizantinas hechas en plata u oro, como así también todo tipo de objetos decorativos de dimensiones maleables, que viajaron desde Siria hasta sitios como Londres, para ser compradas por coleccionistas.
De este modo, se presume que la organización realizó estos saqueos y posteriores ventas para recaudar dinero que les permitiera financiar sus acciones, siempre violentas. Por esto, el diputado británico Robert Jenrick, que fue director de la sala de subastas Christie’s, no dudó en afirmar que las destrucciones de ISIS son la mayor amenaza a la cultura desde la Segunda Guerra Mundial.
Qué se destruye
En los meses que van de 2015, ISIS ha atacado diversas ciudades al norte de Irak, territorio que en la Antigüedad fue poblado por los asirios. En Mosul, los yihadistas atacaron con martillos y taladros obras que más tarde se conoció no eran originales, sino que se trataba de réplicas, tal como lo afirmó Fawzye al-Mahdi –responsable de patrimonio cultural en Irak- a Deutsche Welle.
Nimrod, una ciudad levantada en el siglo XIII a.C, ubicada a orillas del Tigris, fue devastada por ISIS. Se trata de una de las ciudades emblema del arte asirio y todos sus templos, palacios y monumentos se redujeron a polvo tras varios bombardeos.
Otra ciudad, Hatra, declarada Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en 1985, fue destruida e incluso su muralla interna, que resistió dos ataques del Imperio Romano, sucumbió ante los buldóceres lanzados por los yihadistas.
La ciudad de Jorsabad fue uno de los últimos ataques realizados por ISIS, que con ayuda de excavadoras saqueó y destruyó templos y otros edificios.
Además de las torturas y asesinatos que ISIS ha ejecutado desde su nacimiento, ISIS no ha sacado su mira del legado cultural que, más allá de la muerte de las personas, es aquello que queda como huella de su paso por el mundo. Romper, destruir, saquear, burlar las expresiones artísticas de pueblos antiguos, y que conforman el patrimonio cultural de los pueblos de hoy, es parte de una imposición del terror y la intolerancia. Con la ayuda que en la actualidad ofrece la tecnología de información y comunicación, ISIS difunde sus ataques, mostrándole al mundo que el Estado Islámico es uno de los principales peligros para los países de Europa, Asia y Estados Unidos.
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