Un perfil de Jose «Pepe» Mujica

La más admirada figura presidencial del mundo por su sencillez, humildad y sobre todo por decir las cosas como son.
La figura de un anti-político
José ‘Pepe’ Mujica
La más admirada figura presidencial del mundo por su sencillez, humildad y sobre todo por decir las cosas como son.
Mas que un presidente en ejercicio de una nación, José Mujica, llamado de «Pepe», parece un jubilado que dirige un club de barrio. Vive en una casa prácticamente al límite de la pobreza y no tiene ningún tipo de apego a las regalías que un presidente en ejercicio puede disfrutar, por más pequeño que el país sea, como el caso de Uruguay. Vive rodeado de perros callejeros, gatos y gallinas en un chacra de su propiedad cerca de Montevideo. Si ante este escenario cualquiera puede pensar que Pepe Mujica es un personaje menor, se equivoca completamente.
Con una claridad y feroz análisis de la realidad, sus discursos y declaraciones son de una franqueza devastadora. Sus reformas no dejan de asombrar al mundo por su osadía y las afirmaciones sobre la realidad mundial dejan al resto de los políticos en una posición más que incomoda, por no decir ridícula. Ya emitió declaraciones contra la banca mundial, el desastre ambiental, la decadencia de la clase política y como estamos manejando este mundo de manera errada. ¿Como una figura tan folklórica y de un país tan pequeño consigue tamaña dimensión mundial? La receta es simple, sencillez, humildad y hablar de los problemas de forma franca y directa. La misma línea que el Papa Francisco esta imponiendo en la Iglesia Católica.
Un pasado de película
Acompañando su figura sencilla se esconde un pasado digno de un filme de Hoollywood . Fue integrante del grupo guerrillero más emblemático de Latinoamérica, los Tupamaros, los cuales se enredaron en una lucha armada contra los gobiernos uruguayos de derecha y militares. Su mujer también íntegro el grupo, lo que causo que ambos fueran presos, aunque en el caso del Presidente Mujica, su encierro fue brutal e inhumano superando cualquier campo de concentración nazista. Fue encerrado en un agujero por años , sin luz ni contacto externo, donde inclusive tenía que beber su propia orina y hacer sus necesidades en el piso sin ningún tipo de aseo o lavado por meses. Perdió todos sus dientes en las palizas que recibía y fue torturado sistemáticamente. Con esta experiencia de vida se puede afirmar que su mayor triunfo fue sobrevivir a su periodo de cautiverio que al haber ganado la presidencia uruguaya.
Lo más increíble es que Jose Mujica nunca intentó desde su presidencia ejecutar cualquier tipo de revancha contra los que le produjeron tanto dolor ni tampoco inflamar a los uruguayos con discursos clamando el odio o la venganza.
No evocar dolores pasados no lo eximen de meterse en problemas por declaraciones al respecto de otros políticos sudamericanos, como por ejemplo los dichos sobre la presidenta de Argentina, Cristina Kitchner, una mandataria con un perfil absolutamente contrario al de Mujica a la que disparo una frase que paso a su historia » Esta vieja es peor que el tuerto» refiriéndose al fallecido marido de Cristina , Néstor Kitchner y a ella misma. También fueron cómicas las declaraciones sobre la visita de Cristina al Papa Francisco al cual llevó un mate de regalo «¿ A un Papa argentino le va esplicar lo que es un mate?» Afirmo Mujica ante la ridícula imagen de la presidenta dando lecciones de como usarlo.
Polémicas decisiones
Su mandato esta marcado por una línea de decisiones de estado más que corajudas. Fue el primer país de la región en despenalizar el aborto, la habilitación de matrimonios del mismo sexo y a la legalización de la marihuana. En los últimos días también se supo que acepto recibir presos de Guantánamo para darle un poco de oxígeno en este tema al presidente americano Barack Obama. Si desde el exterior se lo ve como un visionario y carismático presidente, desde su propio país se levantan críticas a su conducción. Algunos políticos afirman a que no pasa de un personaje que heredo una época de bonanza para el país de mano de los altos precios de los productos de agricultura mundo afuera y de un velado marketing sobre su figura. Muchas de sus reformas no tienen alta aceptación popular y su comportamiento diplomático sólo cosecho problemas, como con la Argentina, su mayor socio comercial. Críticas aparte, la última novedad es que fue postulado al premio Nobel de La Paz, algo nunca soñado por ningún uruguayo.
Y nobleza obliga, después de las declaraciones sobre los políticos que dieron vuelta al mundo, es difícil encontrar algún integrante de la oposición que diga alguna palabra en su favor.
Mujica demostró que un ex guerrillero pude se sumar a un proceso democrático, ganar la presidencia por las urnas y gobernar un país sin diploma universitario ni con arreglos con capitales privados. Su figura bonachona y simple quedara en el recuerdo, aunque muchos digan que quizás fue uno de los políticos más honesto y despojado de vanidad que se vio en Latinoamérica en los últimos 100 años, eclipsando al propio Lula, tenido hasta hace poco tiempo como el » presidente obrero» aunque serias sospechas de corrupción están derribando esa imagen entre la sociedad brasileña.
Por eso, la aparición de este político enseña que si alguien pretende conquistar el corazón del electorado, humildad, franqueza y sencillez son requisitos fundamentales. No ponemos honradez porque eso no debería ser un atributo, sino algo natural. Que «Pepe» Mujica lo diga, al que sobra todo esto, por el bien de los uruguayos. No dejamos todos de tener un poco de envidia.
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